El olivo y su fruto, el zumo de aceituna o aceite de oliva, han ayudado desde la antigüedad tanto al desarrollo de la agricultura, como a nuestra salud y a nuestra propia cultura, hasta el punto de que es considerado como la base principal de la dieta que nos representa, la dieta mediterránea. La palabra “aceituna”, proviene del árabe “azzaytúna”, mientras que la palabra Oliva, procede directamente del latín.
El aceite de oliva, denominado por los antiguos imperios griego o romano como «oro líquido», se usaba mucho más allá de la propia cocina, en áreas como la cosmética, medicina tradicional o para algo tan simple como poder tener luz en las horas de oscuridad a través del uso de lámparas de aceite, que utilizaban y daban nombre a lo que hoy conocemos como aceite “lampante”, el de menor calidad del proceso productivo.
En el ámbito de la economía, la obtención del zumo de aceituna y su venta, ha conseguido con el paso del tiempo poner a España como el país que produce la mayor cantidad de aceite de oliva a nivel mundial, muy por delante de países de gran tradición y cultura oleícola como Italia que apenas llega al 10%, Grecia que se aproxima al 7% y Turquía, que aporta en torno al 6%, porque, aunque muchos no seamos conscientes, el 50% de toda la producción mundial sale solo de nuestro país y por tanto, también somos el país que vende y exporta la mayor cantidad de este producto estrella a todo el mundo.
Dentro de este dato macroeconómico, cabe destacar que Andalucía aporta a la producción nacional aproximadamente el 80% de todo nuestro aceite y de él, más de la mitad proviene solamente de los olivares centenarios de la provincia de Jaén, el verdadero y más importante referente de la producción de aceite de oliva virgen extra y de mayor calidad a nivel mundial, gracias a sus más de 66 millones de olivos.
Además de la clara influencia de la producción Andaluza, cabe destacar, que otras regiones como Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana o las Islas Baleares también aportan su producción de aceite de oliva y además, en cada una de ellas, existen diferentes D.O.P. (Denominación de Origen Protegida) que suman valor a nuestro producto y aportan diferentes matices, sabores y en definitiva, ayudan a aumentar más si cabe, la cultura oleícola de nuestro país.
Fomentemos su consumo. Valoremos el legado de nuestros antepasados.
¿Sabes en que se diferencian los distintos tipos de aceite?
En el próximo post, descifraremos lo que para muchos, es un tema desconocido.
